Este circuito controla una carga a través de su relevo, el cual se activa dependiendo del tiempo programado. Una vez se pasa
el interruptor a RUN, empieza el conteo regresivo, activando el relevó cuando el tiempo haya finalizado.
Su ventaja sobre la mayoría de temporizadores que conocemos con circuitos sencillos es básicamente la posibilidad de programar
tiempos largos. Con los valores de los componentes que aparecen en el circuito y ubicando el potenciómetro R2 en cada uno de sus
dos extremos, se obtiene tiempos desde 6 minutos hasta 5 horas aproximadamente.
Este circuito está basado en un oscilador hecho a partir de un reloj con 555, al cual se le puede variar la frecuencia a través
del potenciómetro R2, que es el que finalmente define la temporización. Luego del reloj tenemos dos circuitos decodificadores
conectados en cascada donde cada uno divide la frecuencia de entrada por 10, así entonces, tendríamos un divisor de frecuencia por 100.
Con el interruptor SW1 podemos interrumpir el conteo del tiempo y reiniciarlo cuando así se requiera. Cuando la frecuencia del
reloj supera los 100 pulsos, la salida de mayor rango del último circuito integrado se pone en alto nivel, excitando el transistor
Q1 que activa el relevo y por ende sus contactos.
Dependiendo del relevo podemos conectarle cargas desde 1 amperio hasta de 10 amperios, tales como calentadores, bombillas,
resistencias selladoras, timbres, etc.