De hecho, la tapa de la lente de estos aparatos viene con un agujero fino para que la luz ambiental normal no queme el sensor, que no es un CCD. Ni hay fototransistores. Es un tubo de vacío que trabaja a unos 3000 o más voltios. Ahí los fototransistores no resistirían internamente ese voltaje.
Se trata de que los pocos fotones que lleguen la primera capa, desencadenen la aparición de electrones que son disparados, a través del vacío, hacia la segunda capa, la trasera, que es similar a la pantalla de un tubo de rayos catódicos de los antiguos, pero sin yugo de deflexión.
Si no hay fotones mínimos, no hay amplificación. Si tapamos ese fino agujero, la pantalla se ve "casi negra" ( Puede verse verde o verde amarillenta, nunca negra, a menos que esa imagen haya sido captada por un tercer sensor. Esta vez sí: Fototransistores externos a esa pantalla. Nunca internos).
El tratamiento posterior de la imagen obtenida, puede ser modificado digitalmente con un tercer sensor. Por eso los hay "de segunda generación", "de tercera generación", etc.
Recuerdo haber leido un periódico con uno de esos aparatos. Sin fuente de luz infrarroja por ningún lado y en una oscuridad, que...ni estando un buen rato "a oscuras" mi vista no se adaptadaba a la oscuridad, no "veía" absolutamente nada de manera "normal". Negro todo el ambiente. ( Por eso el aparato viene con una estructura de goma negra para pegar el ojo y que la luz producida por la pantalla del propio aparato " no se salga para los lados" e interfiera.
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El aparato de la foto no costó más de unos 200 y pico euros. Los de las últimas generaciones, de marcas conocidas, llegan facilmente a los 2000 euros.
