Un médico, que trabajaba en el medio rural, pensó que había llegado la hora de jubilarse.
Buscó un joven médico para ocupar su puesto y le sugirió que le acompañase en las visitas para que las personas se habituasen a él.
La primera visita fue a una mujer que se quejaba de dolores en el estómago.
El anciano doctor le dijo: la causa más probable es que usted abusa de las frutas frescas. ¿Por qué no reduce un poco su consumo?
Cuando salieron de la casa el joven le preguntó:
Doctor usted ni siquiera examinó a la mujer... ¿cómo consiguió hacer un diagnóstico tan rápido ?
- Bueno, no merecía la pena examinarla, usted se dio cuenta que dejé caer el estetoscopio al suelo? pues cuando me agaché para recogerlo, vi que había cáscaras de naranja, manzana y ciruelas verdes en la basura. Y eso es lo que le ocasionaba dolores de estómago.
En la próxima visita usted se encargará del examen, dijo el viejo doctor.
En la siguiente casa dieron con una mujer bastante joven. Ella se quejó que se fatigaba mucho.
Me siento totalmente sin fuerzas, dijo.
El joven doctor le respondió: Usted se entrega demasiado a la iglesia.
Si redujese esa actividad, pronto recuperará su energía.
Cuando salieron de la casa, el anciano doctor dijo:
Su diagnóstico me ha sorprendido, ¿cómo llegó a la conclusión que la mujer se daba en cuerpo y alma a la iglesia?
Apliqué la misma técnica que usted: dejé caer mi estetoscopio al suelo y cuando me agaché a recogerlo... vi al cura debajo de la cama !!