Bueno, pues yo cuento cómo hacer pollo a la parrilla que aprendí una vez que trabajé de parrillero en un conocida franquicia de asados a la parrilla Argentina.
El pollo se ha de abrir del modo que se hace para cocinarlo en parrilla, aunque muchos seguro que conocen el modo de hacerlo, dejo un video para el resto:
Después el proceso es sencillísimo: untamos el pollo en sal por los dos lados, sin miramientos, y aunque nos parezca evidente que es excesivo.
Una vez salado lo cogemos por las patas y lo levantamos tal y como hacen los médicos cuando dan a luz a un bebé y le damos una buena palmada al pollo por la parte de la piel para que suelte parte de la sal que se le ha quedado pegada.
Le damos la vuelta al pollo y le damos otra palmada por el lado contrario. la sal que le queda adherida al cuerpo es justo la que necesita.
Lo colocamos en la parrilla para que se vaya haciendo.
En un cuenco de unos 300 cc. exprimimos medio limón y posteriormente lo llenamos de agua, disolviendo también media pastilla de esas concentradas para hacer caldo de pollo. removemos para que se diluya.
(Calentar el agua ayuda a disolver éstas pastillas)
Según se vá haciendo el pollo, con un pincel, vamos untando a ratos la superficie del asado con la mezcla que hemos hecho. A media cocción, le damos la vuelta y seguimos untando por el otro lado según se vá llevando a término el asado.
Envolveremos en papel de aluminio bien apretadas unas patatas que dejaremos sobre las ascuas o medio cubiertas con ellas para que se asen a la vez que el pollo. Éstas llevan bastante mas rato que la cocción de la carne, el papel de aluminio evita que se combustionen, cuando se les clave un tenedor con facilidad, ya están preparadas.
Una vez terminado, nos empujamos el pollito sin temor a las calorías con un buen vino tinto, y si el día es caluroso, sustituimos el vino por unas buenas jarras de sangría con mucho hielo.
Las patatas asadas con pimentón picante, aceite y sal están de muerte, o con la salsa que nos apetezca.
Salút.