Espero que no genere controversias lo que voy a decir, ya que puede ser por falta de conocimiento y solo por percepción no mensurable o quizás alguna otra variable.
El oído no es un osciloscopio, ni un analizador de espectro ni nada parecido.
Es un órgano biológico, y más aún, la interpretación del cerebro de lo que percibe el oído, es mucho más compleja aún que cualquier procesador y memorias y conversores y lo que sea.
Y más complejo aún, es que el receptor del oído, pueda describir lo que oye.
Es obvio que la idea de grabar y reproducir un sonido es que el oyente si cierra los ojos "sienta" que está en vivo.
No sé si los parámetros que se usan para medir son los adecuados, ya que por ejemplo, hay sonidos de más de 22000 Hz que producen determinados instrumentos que no serían audibles, sin embargo, estas altas frecuencias se baten con otras, y generan nuevos sonidos audibles.
O sea, así como se descubrió la distorsión por intermodulación transitoria, quizás mañana se descubra otra, o quizás no.
Imaginemos un director de una orquesta clásica. No sabe nada ni de TIM, ni de RMS, ni de nada técnico por el estilo, sin embargo, no tener dudas de que va a saber si un violín (de 10 que estaban ejecutándose, junto con otros 50 instrumentos al unísono), sonó a 1 dB de diferencia con respecto a la amplitud original que debía producir.
Y si bien no debería oír menos de x dB de variación de volumen, es capaz de escucharlo, marcarle al ejecutante que está mal y corregirlo.
De esto, hay algo que me molesta de sobremanera, es que no hay estudios en universidades respecto a la diferencia de oír en vivo y algo reproducido.
Si alguien tiene algún trabajo sobre el tema, me encantaría que lo suban o pasen el enlace.
Sin más, el pequeño gran gato (contradicción del partido beeeeeeeep) se los agradecerá.