Un poco mas de info, sacado de matrixhifi:
ARGUMENTACIÓN TEÓRICA
Desde siempre, el mundo de la alta fidelidad ha estado dominado por la suposición aceptada de que la calidad sonora es directamente proporcional a su precio. La dificultad de poder comprobar los equipos unido a la tremenda facilidad con que la memoria auditiva nos engaña ha propiciado, junto a otros factores ambientales, que se haya consolidado una cultura del Hifi basada en afirmaciones interesadas por parte del sector comercial. En ese modo de ver la alta fidelidad se ha obviado, sistemática y premeditadamente, el único método fiable y objetivo de valorar la respuesta de un equipo: la prueba ciega.
¿Cómo hemos llegado a este extremo en el que la mayoría de los aficionados dan por válidos mucho supuestos que en realidad no lo son tanto?
a) Inercia Informativa:
Normalmente el aficionado medio accede a la cultura Hifi mediante las revistas especializadas o por comerciales del sector del HI-END. Todo lo que aprende esta condicionado a lo que dicen y mantienen esas revistas y medios especializados. El usuario da por supuesta la honradez y fiabilidad de la información vertida en esas fuentes documentales y no se plantea la existencia de otros métodos de obtener conocimiento. El lógico que todo ese universo cultural impuesto desde el origen tienda a perpetuarse y a convertirse en un sistema cerrado de juicios y valoraciones. Digamos que es esa inercia lo que anula al sujeto en la búsqueda de otras posibilidades no contempladas de antemano, cosa por otro lado totalmente lógica. Es difícil dudar de algo que nos han inoculado desde el principio, pero más difícil aun es dudar de algo que no nos han enseñado a observar nunca. SI este factor no entra en interacción con los demás es posible hacer que el aficionado contemple la posibilidad de otras explicaciones más racionales para el mundo del Hifi.
b) Presión social:
Todo el mundo conoce la famosa historia del Emperador al que le vendieron un traje invisible que solo podían ver los inteligentes. Pues en ese principio se basa gran parte de la cultura Hifi actual.
Los primeros experimentos realizados en el campo de la psicología social basados en la presión social sobre la formulación de opiniones en circunstancias de estimulación ambigua(Sheriff, 1935) empezaban a vislumbrar una inequívoca influencia del ambiente que rodea a un individuo a la hora de tomar decisiones. En los años sesenta aparecieron otros trabajos de psicólogos sociales que confirmaban estas teorías de la convergencia de opinión del individuo sobre el grupo (Sohdi y Cranach, 1963) pero fue Ash el que emprendió una serie de experimentos que terminarían de confirmar la curiosa pero evidente tendencia de un sujeto aislado a emitir una opinión modelada por el grupo aunque eso este en oposición a su propia percepción. Ash demostró que ante un estimulo ambiguo(como bien puede ser una audición entre sistemas con diferencias sutiles) el individuo tiende a responder lo que la mayoría del grupo opina, a pesar de estar percibiendo otra cosa distinta. Cosa parecida a esto sucede cuando el vendedor nos dice: ¿no ve usted lo bien que suena ahora?¿Cómo ha ganado en transparencia?¿No nota la tremenda apertura sonora?. Y aun más se da este hecho cuando la cultura hifi actúa como poderoso factor de presión social soterrado. El aficionado tiende a asimilar el criterio de la mayoría como propio, en tanto en cuanto, ese juicio perceptivo esta ya determinado por una estructura de valores intocable en el mundo Hifi.
Raramente se reconoce esa influencia como un hecho real, porque existe una tendencia a atribuir al sujeto un grado de independencia mayor del que realmente posee como ya demostraría Milgram(1965) en sus famosos experimentos sobre carceleros y presos en los que a priori solo un 0.1 % de los individuos consultados aceptarían dar una descarga de 450 V a otra persona y sin embargo, a la hora de la verdad fue el 62 % los que se la administraron.
La presión social no puede ser obviada tan fácilmente de la mente de los aficionados puesto que no solo contribuyen a ella las persona que en un momento dado puedan estar condicionándolo sino que la propia interiorización de la cultura hifi predominante genera un patrón de comportamiento consolidado y rígido. No basta con estar solo en casa para hacer experimentos, también hay que saber escapar de la presión interna adquirida tras años y años de exposición. No obstante, en este nivel aun se puede superar la imposición cultural y conseguir abrirse a otras posibilidades de opinión.
c) Disonancia cognitiva:
Leon Festinger, uno de los más eminentes psicólogos de todos los tiempos, enunció una teoría llamada Disonancia cognitiva, que venia a decir básicamente que la incoherencia entre dos estados de conciencia hace que las personas se sientan incómodas. En consecuencia, cambian o bien sus pensamientos o bien sus acciones con tal de ser coherentes. Cognición es lo mismo que pensamiento. Disonancia significa incompatibilidad. La influyente teoría de la disonancia cognoscitiva (Festinger, 1957) afirma que la contradicción o incompatibilidad entre pensamientos produce conflictos. Necesitamos que nuestros pensamientos y nuestras percepciones posean congruencia o uniformidad. Si se logra que las personas actúen de manera incompatible con sus actitudes, es posible que modifiquen su pensamiento de modo que concuerde con sus acciones. Por ejemplo, se le puede decir a un fumador en cada cajetilla de cigarrillos que fumar puede ser nocivo para su salud; él enciende un cigarrillo y se lo fuma; ¿cómo resuelve el conflicto entre la información y su proceder?, podría dejar de fumar, pero le es más fácil convencerse de que el cigarrillo realmente no es tan peligroso. Para hacerlo, busca ejemplos de personas que han llegado a la vejez a pesar de ser fumadores empedernidos, y se asociará con fumadores que apoyen esta misma actitud. La teoría cognoscitiva también sostiene que las personas tienden a rechazar informaciones nuevas que contradigan sus ideas.
Los aficionados al Hifi de modo tradicional perciben sus creencias como en contraposición a las mas teóricamente científicas y objetivas que se le puedan demostrar. En su ya consolidada actitud no cabe otra información que no sea la aceptada de antemano. Prefiere ignorar y lanzarse a la búsqueda de los argumentos mas surrealistas con tal de no ceder un ápice a la entrad de la nueva visión objetiva que amenaza con derribar su estructura de opiniones establecidas. Esto le genera ansiedad y tendencia a la agresividad por sentirse atacado y perseguido en sus creencias. Se cierra de tal modo a la evidencia que no le cuesta generar todo un patrón de dialécticas subjetivistas con tal de no admitir la entrada de nueva información que choca frontalmente con la suya. Se conforma un mecanismo de defensa increíblemente férreo destinado a rechazar sistemáticamente cualquier otro argumento que no coincida con su visión subjetiva del entorno del Hifi.
LA SUGESTIÓN
La interacción de estos tres factores pueden dar como resultado un tipo de percepción que impacta, desde el punto de vista científico y, especialmente el psicológico. Es curioso como puede un fenómeno a la sazón tan inofensivo en principio, calar tan hondo en el comportamiento de las personas, de tal modo que les hace percibir de modo inequívoco y absolutamente demostrado unos hechos del todo ficticios. Hablo de ese poderosísimo efecto llamado Sugestión. También se le llama efecto Placebo, ya muy demostrado por la medicina.
Tal es la entidad de este fenómeno que es capaz hasta de generar monstruos delirantes, demonios terribles e ignominiosos seres venidos de otros mundos y de otros planos de existencia. Todo, claro esta, en la mente de los que sufren este curiosísimo efecto de la psique. Si los hombres pueden ver, jurar y perjurar con toda certeza que ven esa caterva de entes y diablos y apariciones, dejándose la honra, la vergüenza, la piel y hasta la vida en afirmarlo como cierto y probado ¿como no vamos entonces a decir que otras cosa menos importantes, como puede ser la escucha de una canción, nos puedan llevar al mismo destino?.
Pero lo más asombroso de la sugestión no es que se produzca, sino que, una vez realizada la demostración de la falsedad del hecho en cuestión, el sujeto poseído por esta poderosa afección de la psicología humana, aun niegue lo evidente y jure y perjure en su interior que lo ha sentido y visto como verdadero. Su cerebro se aferra de una manera cerval a su "sin embargo se mueve" particular. Y no se niega en la magnitud de este efecto, que el sujeto mantenga dentro de su memoria el recreo exacto de lo que cree y dice percibir. Aquí no tratamos de otra conducta llamada mentira, sino de algo mucho más profundo e inexplicable. Algo que obliga a nuestro hombre a seguir viendo y escuchando con total nitidez algo que su propio raciocinio niega una y otra vez ante lo aplastante de la demostración de una evidencia empírica.
La sugestión hace mella en la mayor parte de nosotros. En mayor o menor medida. Antes o después. Todos padecemos en algún momento algún arrebato de esta afección inexplicable del alma. Ya sea por la necesidad de creer en algo, ya sea por lo contrario o sea por los mecanismos de defensa individuales que nos obligan a mantenernos firmes en lo nuestro.
Lo que se pretende es que los demás, que no estén demasiado afectados por este País tan dictador y absorbente llamado Sugestión, se guarden un poco de su influencia y den un paso atrás cuando noten el tacto zalamero de su abrazo. Es fácil dejarse llevar, como canto de sirena, por la meliflua caricia de la percepción intrasensorial, de sonreírse pensando que notamos cosas infinitesimales en las notas de una canción, pero si queréis dejar de gastaros enormes fortunas en espejismos tomad el duro y farragoso camino de la objetividad y la prueba empírica. A ellos dirijo mi comentario. Por supuesto, habrá otro sector, que se dirán: ¿y a mí que me importa la objetividad?¿Quién demonios dijo que yo quiera saber la verdad?¿Es que no puede uno ni soñar ya? Vamos, hombre, yo soy feliz engañándome a mí mismo!! Y si soy feliz en Sugestión ¿quien tiene derecho a desterrarme? Y, efectivamente, ante estos habitantes contentos de vivir allí no tenemos mas respuesta que la de unos exiliados voluntarios.
ARGUMENTOS QUIMÉRICOS
En su desaforada actitud de negación de la realidad, los aficionados tradicionales mas arraigados generan una serie de argumentos muy alejados del sentido común pero que mantienen una apariencia de racionalidad como ultimo modo de conseguir mantener la coherencia interna de sus convicciones. Esos argumentos son los que llamamos Quiméricos. Son razonamientos que por su descarado grado de alejamiento de la realidad son fácilmente reconocibles por cualquiera pero que mantienen una remota y teórica probabilidad matemática de ser ciertos en un intento desesperado de demostrar lo indemostrable. Existe ya toda una literatura de argumentos quiméricos relacionados con la defensa a ultranza de la cultura Hifi habitual que pasamos a detallar:
1) Argumento Galileo
("y sin embargo se mueve")
Consiste en decir, tras todo tipo de pruebas incontestables y demostraciones irrebatibles, que a pesar de todo y aunque la propia persona haya aceptado la total validez de dichas pruebas, sigue afirmando que él percibe diferencias entre los componentes de esas pruebas. Da valor a las pruebas pero sigue sin creerse los resultados.
2) Argumento del intermitente (
"ahora si, ahora no")
Argumento relacionado con los resultados negativos de una prueba ciega y que recuerda a un viejo chiste:
-Ese que va y le pregunta a su amigo:
Oye, creo que el intermitente esta roto. Asómate y dime si
funciona
-El amigo se pone a mirar y le contesta:
Ahora si, ahora no, ahora si, ahora no...
Cuando una persona dice que tras obtener un resultado del 50 % en un test ciego es porque la mitad de las veces ha acertado y la otra mitad no y por tanto la mitad de las veces ha percibido diferencias y la otra no estamos ante un autentico surrealismo argumental. Una Variante de este ejemplo:
“para demostrar en una prueba ciega que un componente suena igual que otro hemos de fallar el 100 % de las veces”. Sin comentarios.
3) Argumento Heisenberg (
"Con pruebas no noto diferencias pero sin ellas si")
Ingenioso y sibilino argumento que, como Heisenberg, se apoya en el fundamento de que el observador influye sobre lo observado, es decir, es esa persona que dice que en el mismo momento que se le intenta hacer una prueba ciega se pone nervioso y eso hace que no se pueda concentrar para poder detectar las diferencias entre sistemas. Incluso se lo aplica y afirma que ni siquiera el mismo puede autoprobarse porque con los nervios de la propia prueba no se relaja y no percibe las diferencias. Así que jamás se le podrá demostrar ni demostrarse a mí mismo mediante una evidencia si realmente detecta o no las posibles diferencias puesto que nunca va a poder probarse en su persona.
4) Argumento -Escalera de Jacob- (
"hace falta mas validez")
El sujeto realiza las pruebas y acepta el resultado pero va añadiendo pegas y más pegas a modo de escalera de Jacob hasta que convierte los experimentos en una cadena inalcanzable de exigencias estratosféricas de validez. El final de la escalera suele derivar en alguno de los argumentos anteriores, si es que hemos conseguido solventar todos y cada uno de los problemas que va planteando el sujeto a cada resolución de su anterior escalón. Ejemplo: no se perciben diferencias por culpa de la sala, luego por el equipo, luego por el método, luego por la fatiga auditiva, luego porque la música no es la que usa normalmente, luego porque hacen falta meses de escucha para poder consolidar la huella de memoria, luego porque los cables no eran los mismos, luego porque el comité de pruebas no estaba suficientemente verificado, luego porque había una mosca en la sala que variaba el flujo de aire...
5) Argumento romántico (
"¡pues yo lo noto y punto!")
Esos que afirman, juran y perjuran ante notario que notan las diferencias
pero no quieren bajo ningún concepto "dejarse" probar por métodos objetivos puesto que, según ellos, la música es cuestión de emoción y subjetivismo y por tanto, no es susceptible de ser medida en términos científicos, ni siquiera para encontrar diferencias entre componentes. Niegan la validez de la prueba ciega pero no saben muy bien por que, apelando a cuestiones subjetivas y emocionales.
6) Argumento demagógico (
"Todo es subjetivo y nada es absoluto")
Con grupos de argumentos complejos y enrevesados en el que se trata de filosofar sobre la validez de la ciencia dentro del conjunto de la sociedad a fin de demostrar que en esta vida nada es absoluto y que es imposible llegar a conclusiones validas de un modo total. Los argumentos demagógicos pueden también centrarse en ataques furibundos contra las personas pero bien enmascarados con capas de elucubraciones pseudo filosóficas con una cierta coherencia general. En estas diatribas el individuo no trata de contra argumentar contra nada, simplemente se ataca de modo personal y levanta toda una parafernalia dialéctica intentando descalificar de un modo demagógico a los que presentan otro modo de ver el Hifi.